viernes, 28 de septiembre de 2018

El Hoyo Del Queque

Un poco de historia...


En Septiembre de 1992 es apenas el origen de un lugar especial que comenzó con la llegada en motocicleta a Venezuela de dos Franceses oriundos de la ciudad de Lyon, una pareja enamorada viajando por latinoamérica en busca de aventuras, experiencias e historias llega a Mérida, la ciudad de los caballeros. Enamorados de aquella ciudad que los atrapó como un hechizo decidieron quedarse y trabajar para sobrevivir en la hermosa ciudad que los acogió, lo que no sabían es que todo se convertiría en algo mucho más grande de lo que imaginaron.

De la mano de Oscar González creador de lo que hoy en día conocemos como "Birosca Carioca", estos jóvenes de espíritu aventurero se adentraron en el mundo de la vida nocturna, bares, licores y diversión. No todo siempre ha sido color rosa como muchos creen para estos individuos conocidos por la colectividad merideña por su ingeniosa idea, el surgimiento de este local estuvo precedido por un constante trabajo, perseverancia y muchos sacrificios. 


"El Hoyo del Queque" es una expresión Chilena que nuestro querido Oscar aprendió en uno de sus viajes y él mismo dió a conocer a sus amigos. Significa: El centro de la torta (El queque) y de otra forma es visto como "Creerse el centro de la torta", que para nosotros vendría siendo quien se cree el centro de atención.

Jean Luc y Severine con sus ideas, energía y buenas vibras llegaron para crear un legado, El legado que hoy en día es historia y ha marcado a muchos Merideños, estudiantes y a muchos viajeros, mochileros, nómadas, turistas que van de paso, todos sin excepción de distintas maneras quedan encantados con el lugar y cada uno tiene su propia historia que contar. Es que el Hoyo del Queque es un lugar mágico, es donde tienen lugar momentos grandiosos, inesperados, divertidos y seguramente inolvidables. Ubicado en el corazón de la ciudad de Mérida, en la Avenida 4 con calle 19 está allí para brindarte los mejores momentos, una noche en el Hoyo es quizás una noche que no olvidarás jamás, rodeado de un ambiente muy particular, decorado con artefactos de deportes extremos, este "Adrenalin Bar" te hace sentir como en casa desde que entras en él y es capaz de envolverte en un encanto del que difícilmente puedas escapar. 


Una mirada hacia atrás


Si me devuelvo en el tiempo y me escabullo del resto, quedan en mi mente ciertos momentos que han marcado mi vida, entre ellos mis inolvidables vivencias en El Hoyo Del Queque. Apuesto que a muchos les pasa lo mismo. 
Recuerdo pisar por quizás cuarta vez en mi vida tan nombrado local, fue en 2016 empezaba como un estudiante más de la ULA mis estudios en la facultad de Derecho, llegué invitada por un amigo Mexicano que conocí un año antes para esas fechas. Fueron alrededor de 3 meses seguidos de fiesta, alcohol y excesos, empezando casi siempre en el hoyo.

No es que esté muy orgullosa de los "excesos", pero si lo estoy de las vivencias que he tenido en ese lugar, pues me ha permitido adentrarme en una enorme diversidad de gente, conocer y compartir la cultura bohemia, fresca y alegre del joven merideño que en su mayoría viven sin prejuicios y sin límites. 


El antes y el después


En mi vida existe un antes del hoyo y un después del queque, así es como le llamo al hilo interminable de los sucesos que circundan mi amor y querencia por el hoyo del queque. El antes se basa en las historias que he venido guardando antes de conocer ciertas personas importantes que han marcado mi paso por el Hoyo. El después vendría siendo cuando conocí personas claves que fueron capaces de enseñarme un poco más sobre mi local y lugar favorito en toda Mérida, entre ellos puedo mencionar a Severine, sus hijos y su mejor amiga Yarim. Personas realmente maravillosas y admirables.

Trabajé un corto tiempo allí y a pesar de que fue muy fugaz en mi cabeza pasó mucho más tiempo del real, la experiencia de estar en el hoyo como un turista, como visitante, consumidor y la de estar del otro lado es bastante diferente pero si logras conservar la energía y esforzarte por aprender cada vez más te aseguro que te quedarás con lo mejor, el crecimiento personal que te deja tal experiencia, como es mi caso.

Hace 22 años El Hoyo Del Queque nació como una tasca- Restaurant y ha traido alegria a nuestras vidas, todos los que lo conocemos sabemos bien las noches y momentos que se viven dentro de este lugar. 

Todos queremos volver siempre a los lugares donde hemos sido felices y yo particularmente siempre volvería al Hoyo, no importa donde me encuentre y estoy realmente segura que muchos lo harían también. En el hoyo cabemos todos y siempre habrá lugar para cada uno de nosotros aunque estemos lejos de él. 






miércoles, 1 de agosto de 2018

Te soñé

Te soñé tal y como eras
Como eras, porque aún no se
No se de donde vienes ni a dónde vas
Eres del mundo y por el mundo vas
Estás siempre de aquí para allá
Sin parar y sin mirar atrás


Eres y serás libre como el alcaraván
El pequeño pajarito libre que canta sin cesar
pero que en cambio le cuesta tanto amar
que también va de aquí para allá
llevando amor y pasión, así vas
Sin mirar atrás, sin reprochar
Sin contar a quien dejas atrás


A esta alma vivaz de corta estadía
Que también va de aquí para allá
Sin parar jamás, pero que ama sin cesar
Que nunca entenderá por que fuiste tan fugaz
Y también sin reprochar te quiere y te querrá.


Te soñé y ahí estas, tal cual serás
Pero, ¿cómo sabré yo que serás?
¿A donde vas o donde estas?
Si fuiste alguien tan fugaz
pero a quien jamás podré olvidar.






jueves, 19 de abril de 2018

Pequeña recopilación de meses

Domingo 01 de Octubre de 2017:  comienza un mes, comienza quizás un ciclo nuevo. Llego a donde me estoy quedando (si, porque ando de nómada), cansada, trasnochada despues de un sábado de locura y excesos. Para no perder lo que quedaba de tarde me puse a lavar ropa y mientras llueve contemplo la lluvia lavando mis prendas de vestir y pienso en que las tardes de lluvias son sin duda las mejores, las que me hacen reflexionar.

Noviembre de 2017: Sin recuerdos concretos. Este mes básicamente se resume en pizza, eventos, bares, birras, llanto en terrazas nocturnas mientras sonaba Silvio Rodriguez, muchos vacíos sin explicación, un mes con muy poca conciencia. 

Diciembre de 2017: Un mes complicado, de nostalgia y confusión, pero sin embargo no perdió su magia, tuvo unas que otras cosas maravillosas e inesperadas. Fue un mes en el que despedí a varios amigos cercanos (como de costumbre), conocí a personas lindas con las que hubo magia y una conexión espectacular.

Enero de 2018: De vuelta a Mérida con ansias de seguir mis clases en la facultad, estrenando nueva residencia, arreglando detalles de mi vida, queriendo dejar todo lo malo atrás y viviendo aún de recuerdos lejanos. Comencé una relación amorosa con alguien de la facultad de medicina, gentil, espontaneo, alegre y lindo, con quien he vivido cosas muy bonitas, pero que por cosas del destino, se irá y todo está por terminar. Esta es la parte en la que exteriorizo que no es más que parte de esas historias que quedan con puntos suspensivos (Parte de un hechizo que debo romper), si, así como en los cuentos de hadas.

Viernes 09 de Febrero de 2018, empezando otro mes, otro carnaval donde pensé que con alguien me iba a encontrar, pero no fue así. He comenzado a trabajar en mi sitio favorito, "El Hoyo del Queque",  después de tantas rumbas y visitas al lugar, finalmente me convertí en algo más que una cliente, conocí a un montón de gente genial y conecté con personas como la dueña de Birosca que actualmente me brinda un apoyo y cariño incondicional (Es el ser que más me recuerda a mi madre, por su transparencia, nobleza, bondad y pureza).  En este mes tuve días inolvidables donde probé cosas nuevas. Tuve mi primera vez (Si, virgen casi hasta los 21), me hice mis primeros tatuajes, visité varios cafés y restaurantes que tenia en mis lista de lugares por visitar en Mérida, me dediqué a vivir mucho y dormir poco. Me levantaba a las 7, pasaba todo el día en clase y a las 6:00 pm entraba a trabajar hasta más o menos 2 o 3am. 

Marzo de 2018: Un mes dificil, caí en desilusión con el tema de estudios y el tema país, las cosas cada vez empeoran más y parece que no hay salida. A mediados de este mes me han dado la noticia más dolorosa que he vivido, mi madre es diagnosticada con cáncer y hasta ahora creen que está en sus últimos días, yo me aferro a la energía positiva del universo y a que los milagros existen. Eso me ha cambiado muchísimo la manera de ver las cosas. Es donde me doy cuenta que los últimos años he venido sufriendo por pequeñeces y he perdido el tiempo en darle fuerza a cosas que no son más que aprendizajes para la vida y para momentos realmente difíciles. 

Abril 2018: He tenido mucho miedo este mes, decidí dejar todo lo que estaba haciendo para compartir y estar con mi mamá, ella merece todo lo bueno y lo mejor de la vida. Aquí es donde confirmo la inexistencia de Dios (Respetando a quienes crean). ¿Es posible que exista un Dios cuando estas cosas pasan a personas que a nuestro juicio no lo merecen?. Realmente no. 

Ahora donde estoy, he tomado ciertas decisiones que cambiarán mi vida para siempre, estoy a punto de dar pasos grandes e importantes, sabiendo que a pesar de "conocer mucha gente", solo cuento con unas pocas personas, sólo cuento conmigo misma y con el ímpetu, fuerza y espontaneidad que me caracteriza, tengo miedo por los próximos meses y años, pero sé que voy a poder con todo. Es ahora donde debemos tener más determinación que nunca y enfrentarnos a esas cosas que tememos, el freno de todo es nuestro propio miedo. A pesar de lo mucho que he llorado y he reido las ultimas veces sé que falta mucho por vivir y se que la vida está llena de contrastes.

Aunque a veces creamos que la vida pierde el sentido, es donde más sentido tiene. Hay cosas grandes esperando por nosotros, todo tiene su momento luchar con la fuerza de la naturaleza es inútil.

Es el destino que nos lleva agarrados de la mano, es el destino que aparece cuando menos lo esperamos...




martes, 28 de marzo de 2017

Una ley más

Se acaba el  tan esperado fin de semana, llega el lunes y ahí estamos, de vuelta a la fastidiosa rutina, esa que nos agobia y fatiga por el simple hecho de ser "rutina", pero ¿que seria nosotros sin ella?, me he puesto a pensar sobre esa cuestión muy seguido pero me he dado cuenta que siendo como es, con horario, planes, y hábitos marcados para hacer lo que corresponde, cada día siempre podemos romper con ella y hacer que sea totalmente distinto a lo esperado.

Me lleva la corriente soy un feliz camarón, he estado andando, caminando, rodando, revoloteando por ahí, experimentando, conociendo, aprendiendo y buscando motivos para continuar en este viaje llamado vida.

En poco menos de un año me he relacionado con muchísima gente, pero en de menos de un trimestre me he conectado con personas únicas con una energía maravillosa, personas que parecen haber llegado en el justo momento.

Es curioso ponerte a creer que atraes lo que piensas, que las cosas pasan por algo, que hay un destino escrito o que lo que pasa siempre es lo mejor, si nuestra vida se rige por estas creencias entonces fácilmente podría regirse por leyes. 

Entonces encontramos eso de "Si algo puede salir mal, probablemente saldrá mal", las leyes de la metafísica, las leyes de la física y hasta las leyes jurídicas, todas están allí, existen y persiguen propósitos distintos. Con esto de la ley me puedo poner creativa, es una pena que solo se deroguen y se violen las jurídicas, parece que esto pierde sentido, pero no, todas las leyes son esenciales en nuestra vida, así como respirar, vivir y ser libres.

Hablo de ser libre en el pleno momento en el que más libre me siento y donde más libertad quiero experimentar, sabiendo que las cosas que he probado fueron cosas para elevarme, estando a un paso del camino, del mar y del cielo, exigiéndome cada vez más y sintiendo la constante insatisfacción por todo y por nada aunado con una sensación de inutilidad acompañado por la perpetua interrogante de ¿que estoy haciendo aquí?.

No hay nada más que hacer, nada me libra, nada más queda. Cuando me siento sola y cuando lo estoy totalmente, me vuelvo un poco mas sabia, pero necesito más que "yo" esta vez. 

No puedo seguir queriendo salir del paso, cada vez que miro en el espejo todas las líneas de mi cara se aclaran, ¿te parece conocido esto?, no lo creo y si es así entonces sabrás que nadie sabe de donde viene y hacia donde va, creemos que la mitad de nuestras vidas está escrita en paginas de libros, hay que hacerle menos caso a eso y ponerse aprender de los tontos y de los sabios.

Así que solo diré una cosa: canta conmigo, canta para el mañana, canta para la risa y canta para la lagrima, no sabemos si mañana yo estaré allá o tu estarás aquí, no sabemos que nos depara nuestra vida, esa vida escrita en las paginas de ese libro llamado destino, solamente queda pensar que el tiempo está después y que es solo una creencia o una ley más. 








miércoles, 15 de febrero de 2017

Dulce espera

Tiempo al tiempo tengo que esperar, esa idea suele condenar...

Si, Llego una vez más a la puerta y me quedo para esperar, ¿esperar que?, no lo se o tal vez si.
Esperando tal vez una brisa perfumada con aromas del pasado que me hagan revivir momentos.
Buenos momentos que viví una vez, que aunque se hayan ido, dentro de mi quedarán.
A pesar de que la distancia se interponga, que el olvido quiera invadir o la tristeza quiera venir.
Siempre serán motivos para sonreír una vez más, recordar con amor y saber bien lo que aprendí.
Temor tengo y ansias de lo que el destino pueda deparar o lo que en el futuro pueda pasar.
Incertidumbre sobre lo que será, de lo que fue, lo que pudo ser y lo que no pudo ser.
A veces caigo en decadencia, siendo un arroyo murmurante ese sereno mar muerto me domina.
Nunca pensé que en esto se iba a convertir, y que la historia un giro daría sin fin. 

Escaleras de caracol que me hace girar dentro de mi propia cabeza, confundida y aturdida por vestir de dolor y llanto, dulce y protectora madre que me entrega el tiempo, el atardecer diario de la 16 que me hace querer esperar, esperar algo que sé que no llegará, o no por ahora. 

Un portal, ventanal, casa vieja colonial, ático,  heroínas, cubo rojo y otros más... pasar y pasar, sentir que es algo que nunca va acabar pero que ya acabó sin decir adiós. Saber que la espera durará pero que la pena valdrá.

Sentir dolor por pensar en lo lejos que ahora está, que ya escuchar, hablar, poder tocar y abrazar no podrás, que solo en sueños podrás volver a palpar para sentir vida ¿y que es la vida? todo en la vida es sueño, y los sueños, sueños son.

La dulce espera continuará, no se cuanto tiempo tendrá que pasar, pero con el tiempo la costumbre ya vendrá, y esperando yo estaré a ese buen salvaje que fue una vez, que crecerá, madurará y todo esto por fin podrá asimilar.


viernes, 28 de octubre de 2016

Una vez más

Es la cuarta vez que me mudo, y a pesar de que no me he movido demasiado geográficamente, he absorbido lo mejor de los sitios en los que he vivido y por otra parte he llevado conmigo una serie de cosas que no me podrían faltar (o al menos por ahora), las primeras cosas, que más que cosas son aprendizajes, las he venido depositando aquí y allá y también trato de transmitirlas al resto de las personas que me rodean (Las conozca o no). Cuando hablo de aprendizajes me refiero al aprender a escuchar, al pensar antes de hablar,  ayudar más al prójimo, ser paciente, ser tolerante, enfrentar los problemas y afrontar las adversidades, sacarle lo bueno a lo malo, reír cuando hay más ganas de llorar que nunca, al saber ser un poco más prudente, inhibirme y deshinibirme depende del caso, pero nunca perdiendo la esencia propia que por más que no sea del agrado de todo el mundo es algo muy mio y atentaría contra ella si decido cambiarla, se puede mejorar como persona, mas no cambiar para agradar al resto.

Yo no le creía a mi mamá cuando me decía que sería común que me mudara varias veces en el año una vez que cambiara de ciudad y entrara a la universidad, pero que va, las madres casi siempre tienen la razón y la mía no es la excepción. En fin, hablaba de “cosas" y todavía quedan cosas que nombrar como por ejemplo: el tener que ahorrar o escoger entre una salida o una guía de estudio.

Yéndome al lado material me di cuenta que hay cosas que siempre deben estar allí, a donde sea que me mueva, puestas, pegadas o colgadas, (son objetos), lo he venido haciendo para adaptarme desde el primer día a mi nuevo hogar provisional, para familiarizarme y sentirme como en casa. Un amigo muy amigo mio me preguntaba: "¿Como vas hacer entonces si pretendes mochilear?" Y pensé que tenía razón, pues para viajar, moverse y ser un nómada no hay que apegarse demasiado a las personas y a los lugares, al mismo tiempo ser desapegado materialmente...Pero ¿Es posible esto? Yo creo que no...Siempre he sido partidaria de salir de nuestra zona de confort, pero por más hippie y nómada que te creas, siempre llevas algo que te identifica. Y pensado sobre ese tipo de preguntas que constantemente se me plantean me di cuenta que a los sitios que voy logro encontrar algo que me identifica, algo que me gusta o algo que me hace sentir bien.

Hace unos pocos días vivía en el sur de la ciudad, en un hermoso y pudiente conjunto residencial, a pesar de que no era de mi total agrado tanto protocolo, tantas reglas y tanta gente que mira por encima de sus hombros, encontré  mi paz en la vista que me regalaba el lugar, mi café, mi té y mi mate nocturno, las risas entre las comidas con mi compañera de residencia, los grandiosos atardeceres, el vecino alegremente ocurrente o el vigilante esperando con una enorme sonrisa acompañada de sus consejos de vida e historias sobre el fabuloso cuarteto de Liverpool.

Ahora me encuentro más al centro de la ciudad, en una urbanización más sencilla, llena de casas de los años 40, la casa en donde estoy está llena de antigüedades y colecciones y eso es algo fascinante. El mundo es demasiado pequeño y resulta que mi madre y mis tíos, incluso mi hermano han pisado esta casa ¿que increíble verdad? Pero ellos lo hicieron muchos años antes que yo...Por mi parte yo vine a conocer a la gente que vive allí a causa de un amigo Mexicano que algún día conocí haciendo la de “Andinista y escaladora". 

Al final de cuentas siento que hay varias cosas que se me escapan o se me olvidan, pero no por eso dejan de ser importantes y significativas. Hay demasiado que aprender, por conocer y mucho que recorrer ( eso si no se me escapa), aún quedan muchas personas por conocer y también otras a las que decir adiós.

Al principio del año logré reencontrarme con varias personas, entre esas el famoso mexicano -Donde quiera que estés Carlos, gracias por crear ciertos vínculos, gracias por esto y por todo, a pesar que por culpa de tus salidas lloré lágrimas de sangre en la facultad-.

También me di el lujo de reencontrarme con grandes amigos, de conocer y hacer uno que otro amigo (valioso amigo) que no hace falta nombrar pues no es la primera vez que escribo sobre él, a él también tengo mucho que agradecer, aunque sienta que no merezca tanto de mi parte, siempre lo merecerá y a pesar de que a veces me provoque seriamente darle un golpe, no sé que hubiese sido de mi sin él, sin sus consejos y constantes cuestionamientos.  

Creo que me extendí demasiado o al menos más de lo que suelo hacerlo, no me gusta hacer las cosas demasiado largas, pues quienes me leen no son estudiantes ni de letras ni de historia -o quizás si-, pero no quisiera convertir mis seudo relatos en libros de Derecho romano, así que terminaré con una frase que me dijeron hoy al final del día: “Lo que nos toca será para nosotros aunque nos quitemos, y lo que no es para uno, ni que uno se ponga".

domingo, 16 de octubre de 2016

Azul rosa y naranja

Me he dado cuenta que todo lo que escribo aquí carece de sentido o más bien le sobra demasiado, doy a entender cosas que están más que entendidas y oscurezco cuando trato de aclarar. He venido usando este blog como depósito de sentimientos y emociones, tal vez por eso siempre se torna algo triste o melancólico, suelo caerme a pasiones sobre algo o alguien y puede lucir patéticamente dramático. A veces lo defino como verso mezclado con prosa pero la verdad es que ni yo sé realmente de que va.

Lo que si sé es que extrañamente  ciertos sentimientos se trasmutan, esto podría ser bueno como también malo pero inexplicablemente me hace sentir mejor permitiéndome estar en paz con esas personas o cosas a las cuales dedico esas desaliñadas y al mismo tiempo dramáticas líneas.

Dándole un giro a todo esto, me desviaré un poco hablando sobre unas de las tantas cosas que me gustan en la vida: Los amaneceres y atardeceres, soy fiel amante de ellos y silenciosa observadora. A veces me pierdo de muchos de ellos, y eso me hace sentir que también pierdo el tiempo.

Un amanecer es como perdonar, perdonar es divino. Me produce una clase de éxtasis que podría forzar la vista y aguantar mis ganas de dormir para disfrutar de uno. El atardecer en cambio es placentero, es mi viaje hacia la redención, su luz no deja de pulsar a través de mis retinas, es delicioso y me hace creer que al final del dia todo está bien sin importar que tan dura haya sido la jornada.

Me fascina saber que esos colores azul, rosa y naranja estarán siempre para mi, a pesar de que no siempre yo esté para observarlos, son una pequeña muestra de lo fabuloso y maravilloso que puede ser el planeta tierra, el sol, yendo más allá... El universo...no voy más allá porque siento que no es necesario, ya lo dejo a criterio de cada uno, y para mi no existe más que sólo eso.