Tiempo al tiempo tengo que esperar, esa idea suele condenar...
Si, Llego una vez más a la puerta y me quedo para esperar, ¿esperar que?, no lo se o tal vez si.
Esperando tal vez una brisa perfumada con aromas del pasado que me hagan revivir momentos.
Buenos momentos que viví una vez, que aunque se hayan ido, dentro de mi quedarán.
A pesar de que la distancia se interponga, que el olvido quiera invadir o la tristeza quiera venir.
Siempre serán motivos para sonreír una vez más, recordar con amor y saber bien lo que aprendí.
Temor tengo y ansias de lo que el destino pueda deparar o lo que en el futuro pueda pasar.
Incertidumbre sobre lo que será, de lo que fue, lo que pudo ser y lo que no pudo ser.
A veces caigo en decadencia, siendo un arroyo murmurante ese sereno mar muerto me domina.
Nunca pensé que en esto se iba a convertir, y que la historia un giro daría sin fin.
Escaleras de caracol que me hace girar dentro de mi propia cabeza, confundida y aturdida por vestir de dolor y llanto, dulce y protectora madre que me entrega el tiempo, el atardecer diario de la 16 que me hace querer esperar, esperar algo que sé que no llegará, o no por ahora.
Un portal, ventanal, casa vieja colonial, ático, heroínas, cubo rojo y otros más... pasar y pasar, sentir que es algo que nunca va acabar pero que ya acabó sin decir adiós. Saber que la espera durará pero que la pena valdrá.
Sentir dolor por pensar en lo lejos que ahora está, que ya escuchar, hablar, poder tocar y abrazar no podrás, que solo en sueños podrás volver a palpar para sentir vida ¿y que es la vida? todo en la vida es sueño, y los sueños, sueños son.
La dulce espera continuará, no se cuanto tiempo tendrá que pasar, pero con el tiempo la costumbre ya vendrá, y esperando yo estaré a ese buen salvaje que fue una vez, que crecerá, madurará y todo esto por fin podrá asimilar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario