Allá está él, donde quiera que sea el lugar donde esté, donde sea el cielo estrellado que lo arrope todas las noches, donde los rayos cálidos y amarillos de un sol o de un azul y pálido frio lo toquen, donde revolotee una brisa que acaricie su agraciado rostro y donde tome una confortable ducha que invada su cuerpo despues de un largo y agotador día, donde quedan miles de kilómetros por recorrer, si, miles porque nunca se cansa de andar, no se cansa de conocer lugares nuevos, personas nuevas, paisajes nuevos, ambientes nuevos, culturas nuevas, creencias nuevas, cosas nuevas para su vista y su tacto.
Por nuevos rumbos anda él ni tan solitario ni tan acompañado, puede ser que sus deseos aventureros le invadan el pensamiento una y otra vez, puede ser que intente olvidar algún amor que lo marcó entre sus andanzas y aventuras o puede ser que solo se detenga a respirar el aire fresco de las montañas o simplemente se pose en un cómodo lugar para ver el atardecer, mientras él hace eso y muchas otras cosas más, yo estoy aquí en un lugar posiblemente ajeno a mi, posiblemente yo ajena a el, queriendo escapar de la rutina, queriendo huir de la monotonía, queriendo ser la dueña de sus pensamientos, queriendo tomarlo de la mano, queriendo probar un beso suyo tal vez, queriendo sentir los fuertes y acogedores latidos de un corazón fatigado despues de un día largo de caminata continua.
Allá está él fuera de su zona de confort, probando cosas nuevas, relacionándose con gente nueva, disfrutando y apreciando lo que lo rodea, caminando con firmeza con sus botas gruesas, haciendo todo lo que hace con seguridad, sin prejuicios, sin arrepentimientos, solo viviendo y haciéndolo queriéndolo, mientras yo en mis sueños y deseos lo veo como un hombre único y perfecto, mientras escucho su voz una y otra vez, mientras planeo una que otras aventuras sin él, mientras dibujo en un viejo blog escuchando una bella melodía que me acompaña, su hermosa melodía de ukelele, armónica y una dulce voz que sale desde lo más profundo de su ser, una voz que expresa un sentimiento del cual quiere despojarse, una voz que me hace imaginar una vida de aventuras y sueños junto a él, una voz que no logra explicarme esa atracción y gusto que siento, una voz que hace bajarme de la pequeña y malvada nube de mi imaginación haciéndome caer como ligera gota de agua que se estrella contra el suelo.
Allá está él, con sus ganas de vivir, con sus ganas de seguir, con sus ganas de descubrir, allá está él con su ánimo y grandeza que no puede esconder como se oculta él sol en el atardecer.
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